martes, 11 de octubre de 2011

Ahora soy yo, más todas mis redes.

Autocrítica de nuestra presencia en la Red

Google es como un espejo que proyecta nuestro reflejo a toda la red, aumentando nuestra visibilidad y campo de actuación. Para lo bueno y para lo malo.
Por ello es importante saber construirse una reputación online de forma adecuada, porque todas nuestras actuaciones conllevan consecuencias, porque lo que se sube a la red deja huella. Ya lo dijo Toni Segarra: Internet ha hecho más transparente la realidad.

Tenemos que ser conscientes de lo que publicamos, tanto desde el punto de vista personal como profesional, pues ahora estamos integrados por varios “yo”, los de nuestras redes, que se mueven con nosotros.

Somos responsables de nuestra reputación; es personal e intransferible.
Por eso, gestionar adecuadamente nuestra reputación se puede convertir en una oportunidad profesional. Sabemos que, cada vez con más frecuencia, las empresas buscan candidatos en las redes sociales y también que contrastan la información de nuestro currículo en la Red. Por eso tenemos que ser consecuentes con lo que comunicamos públicamente, teniendo a veces que “autocensurarnos”.

Está claro que este proceso de gestión de la reputación conlleva esfuerzo, y no es inmediato; pero también es una oportunidad mostrar y demostrar lo que sabemos, lo que hemos hecho y lo que somos capaces de hacer.


La red nos da la posibilidad de reinventarnos, de construir una identidad en términos comunicativos, esto es, pensando en unos objetivos dentro de un contexto (o mercado) y dándolos a conocer a través de un mensaje claro y directo.
Para ello, primero hay que analizar lo que somos y lo que queremos llegar a ser (siguiendo en el paradigma de la comunicación, gestionar nuestra marca personal –personal branding-.)
No se trata de algo nuevo, ya que todos –de una forma u otra- nos preocupamos de la percepción que tienen de nosotros el resto de personas (esto es, de nuestra reputación). Ahora hablamos de una visión global e integral. De una nueva dimensión.


Debemos informarnos para poder dentificar cuáles son las plataformas más adecuadas para llevar a cabo nuestros objetivos. Hay que saber qué tipo de personas y conversaciones se mueven ahí, cuáles son sus intereses, en qué nos diferenciamos de ellos y en qué somos similares; ya que en la red el intercambio de información es constante y su valoración está estrechamente ligada a la confianza entre los usuarios.


En cuanto a mí, al poner mi nombre en Google me aparecen algunos resultados relacionados con la música, con algún concurso, o con algo de comunicación. No aparecen mis perfiles en redes sociales porque para ellos tengo un “nick”, pero está claro que podría gestionar mi reputación digital de una manera más eficaz, enfocándola a los temas que más me interesan profesionalmente (la comunicación, la educación, la estrategia, la comunicación política, la gestión cultural…). Después de informarme para hacer este post, soy más consciente de la necesidad de ello.

Al fin y al cabo se trata de comunicar (todo comunica) y no podemos perder de vista que lo importante es el contenido, que seamos capaces de generar un contenido relevante y sepamos compartirlo eficientemente.


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