martes, 4 de octubre de 2011

(S)elección laboral

Cuando estás terminando la carrera empiezas a plantearte –ya en serio-, qué viene después. Y digo “viene” porque cada vez hay menos opciones, menos ofertas y mucha más demanda. Sobre todo en el ámbito de la comunicación.
Por una parte te dicen, lees, escuchas, asumes, que lo más importante es especializarse en algo muy concreto; por otra, que lo mejor es formarse en varias cosas a la vez.
Bien, quiero saber qué espera de mí el mercado laboral cuando termine la carrera y qué es lo que yo puedo ofrecer. Para eso es fundamental conocer el panorama actual de los grupos de empleo, pues uno de los desajustes más importantes entre la oferta y la demanda de empleo proviene del desconocimiento de la situación actual y la posible evolución del mercado de trabajo.
Actualmente, dado que el contexto de crisis busca ahorrar costes aumentando la rentabilidad,  se apuesta por el profesional multidisciplinar con capacidad para diversificar sus campos de acción. Citando a Puri Paniagua, de Neumann International, “lo importante es contar con unos conocimientos en profundidad de una determinada materia e ir desarrollando aptitudes relacionadas con esa profesión”. Esta visión podemos complementarla con lo que propone Ignacio Hernández de la Torre, executive manager de Page Personnel: estar especializado en pocas áreas si se aspira a un puesto de experiencia baja o media, y tener una visión más global a medida que el cargo sea mayor.
Parece claro que para tener éxito la clave es una formación constante y diversa, es decir, practicar el aprendizaje permanente (Lifelong Learning). Relacionado con esto, son relevantes dos conceptos “modernidad líquida”, del sociólogo y filósofo Zygmunt Bauman; y “flexiguridad”, concepto proveniente del mercado laboral danés.
Por otra parte, muchas empresas valoran especialmente competencias profesionales probablemente más relacionadas con rasgos individuales que con la propia formación académica y en idiomas, porque ésta se da por sentada. Pero también es necesario corresponder dichos conocimientos con una actitud receptiva y proactiva. En cualquier caso, hay que generar sinergias entre ámbito académico y el mundo empresarial; pero una vez dentro del sistema, somos una pieza más y, para estar a la altura de la situación, cada uno tiene que saber explotar su potencial al máximo y aportar soluciones que marquen la diferencia.
Otro aspecto a tener en cuenta, es el cambio generacional. No se trata de comparar a los jóvenes de ahora con los de antes, si no de comparar es una sociedad con la otra. “Los valores que cambian son los de toda la sociedad (…) no es negativo combinar el trabajo con el ocio, y cuando se habla de irresponsabilidad, hay que hablar de una sociedad entera desresponsabilizada, y eso es otra historia", señala Javier Elzo, catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto.

Los menores de 30 años no queremos que el trabajo sea el centro de nuestra vida porque es importante para nosotros llegar a conciliar lo laboral con lo privado. Según palabas de Encarnación Maroño, de Adecco, "los jóvenes no quieren ser medidos por las horas de trabajo sino por sus objetivos, y no quieren que su vida gire en torno al empleo". La gente joven reclama un tipo de liderazgo más participativo, de colaboración. Para tener mayor rendimiento, es imprescindible estar satisfechos en el trabajo y cada vez es más importante la flexibilidad y tener una buena relación con los compañeros frente al salario que podamos ganar. Además, unas estructuras más planas no implican menos esfuerzo ni asumir menos responsabilidades.
Sin embargo, al haber una tasa de paro tan elevada (22% para los jóvenes de 25 a 29 años, y del 34,65% para los de 20 a 24), muchas veces hay que aceptar trabajos para los que estamos sobrecualificados y bajos salarios; o directamente salir de nuestro país en busca de mejores condiciones. 
Siendo licenciado en publicidad y relaciones públicas, se presupone una formación especializada en la creación, diseño, producción y estrategias de comunicación. También debemos saber crear y proyectar imagen de empresa para con sus públicos y su entorno. Pero el sector de la comunicación, es muy dinámico y los cambios tienen un ritmo acelerado. Por ello la autoformación y la formación interna son bastante relevantes, sobre todo tras el auge de los medios 2.0, que también ha hecho que aumente considerablemente la demanda de perfiles digitales de gestión de redes sociales y también expertos en SEO, SEM, desarrolladores de aplicaciones y analítica web.

¿Qué puedo aportar yo en el ámbito de la comunicación? Bueno, independientemente de mi opinión sobre el mundo de la publicidad, creo que lo importante es saber que nos hemos formado para saber utilizar importantes herramientas comunicativas, y que lo que venga después dependerá de nuestra habilidad para seguir formándonos en todos los aspectos, para así dar lo mejor de nosotros mismos, ya sea para perpetuar algo en lo que creemos, o para cambiarlo y mejorarlo.
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